25 de febrero de 2017

CHARLIE-SALIDA-56- ¿Y AHORA QUÉ?

   Querido charlie:

   Con el asunto de la presentación de Dios no come caracoles, te diré, primero, que misión cumplida.

   Segundo, hay una vieja historia de mi casa que tenía su lógica en el niño que era mi hermano Javier. Criaba canarios mi padre por entonces y los tenía excelentes: cantarines y vistosos. Miraba un día Javier a uno precioso que cantaba desde su jaula en la cocina: cuanto más ruido, más cantaba. Miraba y remiraba Javier hasta que preguntó de pronto: “¿Y cuándo el canario se ponga como una gallina qué?”. La respuesta por obvia se contestaba sola. Nunca el canario se pondría como una gallina, por lo tanto en esa misma jaula pudo pasar toda su vida de pajarito encerrado.
   Ya te dije hace años, charlie, porque hace mucho que lo aprendí, que todo éxito es prematuro. Nemo ante mortem beatus esse dici potest. Se llenó la sala donde presentamos Dios no come caracoles. “Todo un éxito”, “Un verdadero triunfo”… ¿Éxito y triunfo de qué, para qué…, de quién?
SALÓN HASTA LA BOLA

   Nunca el canario se pondrá como la gallina. ¿Y ahora qué?, me preguntan muchos amigos tras la presentación de la novela. Me temo que la respuesta también se contesta solita: nada. La difusión del libro no da para más. En esta oportunidad, por el dinero de que disponía, he podido sufragar la edición. He enviado algo más de seiscientas cartas convocando a quien deseara ir, he vuelto a llenar el aforo de la sala donde presenté -casi doscientas personas que caben- todos salimos contentos, divertidos, fue un rato amable, quienes no lo habían hecho salieron con ganas de leer la obra… Eso sí, charlie, lo advierto y reconozco: ¡todos eran partidarios del autor! Si no amigos, conocidos y todas ellas personas (creo que eran cuatro los desconocidos para mí), que me miraban… con buenos ojos. Insisto: final del trayecto. Parada y fonda.

   He puesto la guinda a la meta que me propuse. Escribí una obra y la puse a disposición de quien quisiera leerla. Mi afán fue y es hacer pasar un rato amable a los demás, ayudar a crecer como personas a los demás, decirles sin ambages ni rodeos: “Te quiero”. Es posible que algún lileta piense tras cada obra que edito, “Otra obligación que nos echa este payo con la lectura de su libro”. Ninguno de mis prójimos y deudos, amigos y conocidos, leen por compromiso mis obras, espero y deseo. Como el poeta ya, tras 16 libros en danza y unos cientos de artículos publicados en prensa diaria casi todos, bien puedo decir “debeisme cuanto escribo”.

   No es final de nada, no es parada triste. Es lo que hay. La realidad es muy testaruda. Es cierto que quien no monta el culo en barco, se decía, no cruza la mar… Como no lo es menos que sin padrino no hay bautizo (lo del bautizo civil es de aurora boreal: “pa mear y no echar gota”, que decía el guarda). Los amigos más íntimos me animan a publicar este año 17 Un charlie cualquiera, libro anterior en su nacimiento a Dios no come caracoles, y que solo es conocido en originales no editados… De momento no es hora, charlie, de editar, sino de promover al boca-oreja para que la novela recién nacida llegue a muchas personas…

    Tucho Castelo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario