28 de abril de 2015

Desde lejanos países… visitan este blog



Gráfico de los países más populares entre los lectores del blog

         De vez en cuando entro en un apartado de estadísticas que tiene este blog. Reconozco que no soy en absoluto conocedor en profundidad de todo lo que técnicamente se refiere a este (a ver si hallo un rato y logro que Daniel me ayude a cambiarle la cara, que se nos está quedando noña). Miro entre los datos de las estadísticas citadas y me asombra lo que veo. Miles de personas entran en él y son de países lejanos… Alemania, Rusia, Reino Unido… y para mí, desde muchos puntos de vista, muy ajenos: Ucrania, Líbano…

         Perdonen, ¿quiénes son estas personas que se han llegado por este blog para leer lo que este pobre escritor publica de vez en cuando? ¿Quién puede desde Ucrania –Dios los ayude con lo que allí está cayendo- mirar aquí? ¿Qué buscan? ¡Alguien en el Líbano que lee en español! ¿Quién eres tú, lector? ¿En qué puedo ayudarte? Me quedo asombrado y asustado. Temo no estar a la altura de lo que estas personas vienen a buscar aquí. ¿Quiénes sois los rusos que entráis en este blog?

         Tengo más visitantes desde Alemania que desde España… ¿cómo se explica eso? No lo sé. ¿Qué sentido tiene? Lo ignoro…

         Si alguien puede poner luces en este, para mí, enigmático suceso, le agradecería que me ayudara.

14 de abril de 2015

Machado, Antonio, JUAN DE MAIRENA



         


         Ocultaría una verdad innegociable en esta entrada si no dijera que he ido de sorpresa en sorpresa al leer este libro. Creía releer esta obra de Machado y no estoy seguro de que sea así. Cierto que muchos textos, ideas, pasajes, me suenan y estoy seguro de haberlos leído, pero no me consta que hubiera leído entero y atentamente este Juan de Mairena que no me es absolutamente extraño, es lógico también.
         La poesía de Machado la he leído en innumerables veces y a lo largo de los años. Son muchísimos los poemas que he comentado del sevillano. Creo conocer desde antiguo su vida y ha sido siempre autor admirado por mí, porque así lo aprendí de quien fuera mi profesor de Literatura don Alfonso Sancho Sáez, sin embargo, ojo: muchas facetas que Machado muestra en este su Mairena tienen brillo específico y novedoso o sencillamente sorprendente y admirable para mí por desconocido. Así por ejemplo todos los comentarios sobre filósofos… No creí que hubiera calado tanto –da igual que de modo profundo o menos- en su vida y en su obra la lectura –ignoro hasta qué punto ahora- de los filósofos desde su llegada a Baeza y desde entonces en adelante, pero veo que mucho más de lo que yo hubiera pensado: maneja con cierta soltura ideas y nombres de pensadores que no hubiera pensado que él se llevara a los puntos de su pluma.
         Hace afirmaciones sobre hechos, filósofos, obras… que luego se han dicho de otros mil modos más conocidos y que, sin embargo, ahí están ocultas en esa turbamulta de ideas que ignoro si conducen a conformar un mundo concreto, original y genuinamente machadiano. ¿Cuántas veces no se nos ha dicho, con un tono el que fuere, esa frase de Whitehead: "Toda la filosofía occidental es una serie de notas a pie de página de la filosofía platónica”? Pues otro tanto nos dice ese irónico profesor de pueblo que es Antonio Machado: “Cuando se afirma que se vuelve a Platón, se dice y no se dice verdad, porque en cierto modo en él estábamos”. En innumerables ocasiones he repetido una idea de Marías quien afirmaba que corren malos tiempos cuando hay que demostrar lo evidente (y es bien cierta) y que Machado, dirigiéndose a sus alumnos, la expresa diciendo: “Perdonad cosas de tan marcada perogrullez. En nuestros días hay que decirlo todo” (ahí está y ahí queda). Me llama también la admiración que expresa en general por los filósofos alemanes y sus aportaciones singulares e irrepetibles a la Filosofía: Kant muy particularmente.
         Los temas que pasan por esos pequeños párrafos que constituyen la obra son diversísimos: el concepto del tiempo sobre el que vuelve una y otra vez, con todo lo que este comporta en la poesía machadiana; la idea de la existencia de Dios y de la filiación del hombre; el panteísmo, la presencia y atracción de la nada o la Nada -como muchas veces escribe con mayúscula-; el sentido de las palabras y del cuidado que con ellas debe tenerse; el quehacer de los hombres en el mundo, las relaciones humanas, la muerte, ¡la cita al sesgo de filósofos clásicos de muchas épocas…!, insisto. Una ironía, por momentos ácida, que no recuerdo sino en algunos de sus breves poemas de su poesía última.
         Son innumerables las referencias a la creación poética y cómo esta debiera de ser: natural, justa, bien hecha, de cómo se debe huir de lo superfluo e innecesario que solo complica y enturbia la labor del poeta y su resultado, el poema. Cita innumerables poetas y entre sus coetáneos a Juan Ramón, Valle y su amigo del alma don Miguel de Unamuno, por quien siente una amistad reverencial.
         En incontables ocasiones citándose y repitiéndose, no sin cierta ironía, se dice, se desdice y contradice con cierta naturalidad risueña que yo calificaría de unamuniana.
         Pide desconfianza a sus alumnos del profesor de Literatura y de la palabra escrita: desconfiad de lo escrito y de la seguridad del profesor, pues tras su dogmática solo esconde su inseguridad e ignorancia.
         La presencia en sus escritos y su valoración de un foklore, así escrito, que tenía bien próximo en su casa por vía de su padre Machado Álvarez, Demófilo, me llaman la atención. Recoge rasgos de esa creación popular que él sabe que alguien, en algún momento, creó y que el pueblo asimiló: la hipérbole en lo pequeño, rasgo de la creación popular de sentimientos también encontrados y contradictorios.
         Mucho de cuanto leo, como he expresado, me llama la atención y más aún la firmeza con que se dice que me era absolutamente ajena en cuanto lector de su poesía.
         Algún texto considero que merece comentario aparte y, si dispongo de tiempo, así lo haré.

12 de abril de 2015

CHARLIE- SALIDA-49. Negros, cristianos y africanos: basura.



        

         Querido Charlie:

         Vengo del baño. Sé que esto no se debiera decir y menos aún en una entrada de blog, en una carta como esta, pero tú ya sabes... Tengo unas náuseas tremendas. La de Sastre, tan francesa y pagada por la internacional comunista, se me queda corta. Escribo entre bascas y ansias, con un irreprimible deseo de vómito.
         Estoy al aguardo de que me digan dónde están esos miles y miles de millones (¡más entodavía!) de franceses, de europeos cultos, de personas de toda laya, demócratas fetén, liberados y liberales, defensores de todas las libertades, incluida la de expresión, que, cuando mataron a unos periodistas y a unos judíos franceses (que fue una desgracia y en paz descansen) salieron a las calles de todas las ciudades del mundo a proclamar su condición de muertos en vida, su empático fallecimiento, su escándalo, su… hipocresía relativista, bienpensante y políticamente impecable. Ubi sunt? ¿Dónde estáis ahora todos vosotros?
         Cierto que los asesinados en Kenia son unos pobres estudiantes negros que, estudiando en su universidad, queriendo sacar a su país de la pobreza, de la ignorancia y por su condición de cristianos han sido asesinados por unos fanáticos islamistas. ¡Pobreticos ellos!: tan negritos, tan africanos, tan indigentes, tan cristianos…
         Charlie, no oigo las voces de la parafernalia del fingimiento y la doblez, no veo a los políticos del mundo mundial (¿a quién han enviado esta vez los EE UU a la manifestación? ¿Qué rango tenía en la diplomacia mundial?). ¿Has visto, charlie, dónde está la cabecera de la manifestación? ¿Quiénes la guían? ¿Puedes leerme acaso qué hay escrito en la pancarta? ¡Ahora te oigo! Sí. Sí. “No sean ustedes tan pobres, tan negros y tan cristianos, por favor”. Muy bien: es cierto… ¡Qué multitud silenciosa sigue a esa cabecera! Esta vez siguen en silencio la muerte de 147 estudiantes MILES Y MILES DE MILLONES DE PERSONAS EN SILENCIO. Todo silencio, charlie. En realidad solo unos pocos hemos desentonado: El Papa que dijo algo, pero lo acallaron los silenciadores de plantilla que hay en todos los medios, los de siempre: “No se meta su santidad en eso” y tal y tal; tú, charlie, que has gritado algo en medio de esa multitud y que sepas que has dado la nota por fascista y extremista y…; unos pocos más… ¿no será que tanto silencio es porque estamos solos unos pocos y que ese silencio es cómplice de los asesinatos cometidos, 147? ¡Yo qué sé, charlie! El silencio atronador de la prensa es comparable a lo ocurrido entonces en la prensa mundial, comparable a lo ocurrido con un avión alemán… Siempre hubo y habrá hasta muertos de distintas clases y por eso…  Ya te dije que yo no era ni soy Hebdo… ¡Y no lo siento! Será por mi condición de negro, africano y cristiano. Un momento que tengo que ir al baño.

         Con cariño, 
         
         Tucho Castelo.