26 de octubre de 2014

El pequeño Nicolás. Prólogo a EL DONCEL DE PROSPERIDAD, SUS FORTUNAS Y ADVERSIDADES




Yo, el llamado en los pliegos de cordel pequeño Nicolás, tengo por bien y bueno para todos que esos mismos todos tengan noticia cuando esto leyeren de mis tan cacareados hechos ya por doquier, y por desventura muchas veces cantados y recitados. Por bien servido lo doy, pues entiendo son sucesos tan ocurrentes como delirantes y brillantes, y considero pues, como Vuestra Merced me dice, no merecen la sepultura del olvido, aunque no sirvan ni de ejemplo ni escarmiento, pues aquí, cuanto de más alta alcurnia y más limpio linaje se es más ladrón se hace que caco, e imposible es ser condenado a presidio o galeras, que a una mancha otra mancha la tapa. Es seguro que cuantos lean mis acaecimientos hallarán agrado y lisonja, viendo que, siendo yo joven doncel, más digno de lástima y pena que de desdén y condena soy.
Si a este propósito dijera Plinio que no hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena, mas a mi favor; mayormente que los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello. Y así vemos cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo son: algunos reirán de mí, y otros de quienes saludé y con quienes anduve saludando, si yo listo, ellos estultos todos del Rey abajo. Y esto para que ninguna cosa se debiera romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar de ella algún fruto, y así pido que dé noticia de ella señor doctor don Daniel. Porque, si de otro modo aconteciese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace este arte sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y lean sus obras y, si hay de qué, se las alaben. Y, a este propósito, dice Tulio: «La honra cría las artes».
Dicen los galenos que tengo una florida ideación de tipo megalomaníaco, ¿pues de ser así qué no acharan a Homero por su Eneida o a Platón por su República o al Pujolets, predicador de trolas y fervorines durante décadas a cuenta sin cuento de una herencia? ¿Acaso tienen por menudencia semejante florida ideación donde pringaron, y el pico hincaron, poderosos y acaudalados supuestos señores que hoy, ladinos, callan? Si puse mi vida al tablero fue por el deseo de alabanza: eso hízome poner en peligro; y así en las artes representativas: las fotos, las grabaciones, los besamanos e ir del bracete de ilustres, algunos sin lustre, pues mismamente que en las letras y las artes o la milicia mi afán fue sobresalir y recibir alabanza y loa. Pocos maravedís saqué de mis muchos peligros, siendo otros quienes con menos esfuerzos y más canalla se alzaron con el santo y la limosna, pues anduvieron donde sin cuento los dineros andan, ay, poniendo a tuerto o a derecho su casa… hasta el techo. Ahí tiene Vuestra Merced ejemplares de toda laya, origen y procedencia, estirpe de ladrones, bandoleros, forajidos y malhechores de diversos reinos y nobles casas de las Españas: dineros un rato largo hubo para Rato y sus cuadrilleros, importáronle a Blesa un bledo viejos, parados y desahuciados, que a todos púsolos mirándolos para el tajo de Ronda. ¿O acaso cree voacé que no quedó don Elipio, por meterle a los poderosos el dedo en el ojo, como san Pirulo, que yendo de cara, quedó virgen del pito y mártir del culo?
Y todo va de esta manera: que, confieso no ser yo más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesará que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades. Sí confieso y digo que emparento con los españolísimos Lázaro de Tormes y la señora Justina, el Guzmán de Alfarache y con don Pablos, más algún otro, pues el tiesto ha de salir a la botija, más nada quiero saber con los arriba citados que no tengo por pícaros a esa camada, sino sí por hideputas, follones y malandrines, si no por carne de presidio, perversos facinerosos a quienes Dios, desde su gloria, confunda y condene, y no a palos.
Suplico a Vuestra Merced reciba el pobre servicio de mano de quien lo hiciera más rico si su poder y deseo se conformaran. Y pues Vuestra Merced escribe se le escriba y relate el caso no muy por extenso, parecióme tomarle por el punto y hora en que ahora está, y vaya teniendo entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, como es mi caso, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto, queriendo sobrenadar junto a los ricos y los buenos, aunque remaneciera, su seguro servidor, desde barrios que no son ni lo uno ni lo otro, aunque sí de honradas y probadas gentes.
                               Francisco Nicolás Gómez-Iglesias, del barrio de Prosperidad.

23 de octubre de 2014

Charlie-SALIDA-41-El proyecto cívico español





          Querido charlie:



         Siempre defendiste el inequívoco aserto que afirma que quien lechón nace, marrano muere; viéndote morir, y sus consecuencias, no pudo dejar más claro el refrán. La incapacidad cívica española de reconocimiento y respeto al otro es morrocotuda, férrea, inasible al desaliento... A la delicadeza cívica aquí se la llama mariconada, cursilería, afectación…



         Sacar la basura al contenedor por las mañanas es animante, pues ayuda al viandante a que el paso avive.

         Arrastrar las sillas es composición musical que ilustra y tiene fuerza evocadora para el vecino de abajo: todo un detalle musical. Napoleón lo dijo.

         Lavarse, cambiarse de ropa con cierta frecuencia, usar desodorante es presunción y vanidad que no pulcritud y deferencia con el otro: una pura arbitrariedad condenable por amanerada... El hombre y el oso, cuanto más huelen, más hermosos.

         El conversar, hablar, razonar… a voz en cuello es didáctica por percusión.

         Interrumpir la conversación de otros, por un interés y con afanes propios, es espontaneidad extrovertida: pura naturalidad.

         Cerrar las puertas con portazos estentóreos y con vivo temblor de marcos y tabiques son otros modos de decir adiós, cargados de personalidad.

         Tirar papeles, colillas, envoltorios, envases al suelo… es la prudencia de quien no desea perderse y volver a casa por los altos andamios de la mierda y la basura.

         Ceder el paso, al andar o en vehículo, dar las gracias y pedir por favor, sonreír… son chocheces de viejas, ya se sabe: disecan al perro cuando se les muere.

         Hablar donde se estuviere recio e inflexible es muestra comprobada de ignorancia, que denota pura estulticia y arrogancia.

         Evitar dar el intermitente del coche, pone un punto de amable misterio en la conducción a quien va detrás de nosotros: y es siempre de agradecer ese detalle.



         Suma y sigue, charlie. Ya lo decías tú: ser educado comporta ser inteligente y la inteligencia no está al alcance de cualquier fortuna.



         Diagnosticado el lechón… No debe intentarse ninguna solución por vía educativa: vano intento. Quien lava al lechón pierde el tiempo y el jabón. Paciencia y a barajar porque a todo cerdo le llega su san Martín.



         Tucho Castelo.

20 de octubre de 2014

Urbina, Pedro Antonio, FILOCALÍA O AMOR A LA BELLEZA (y II)



          Me ha costado leer la obra que hoy comento. Es la mía relectura. ¿Me preguntaba qué entendí cuando la leí por primera vez? Y he bajado a buscar en el archivo de los resúmenes que hacía entonces, la ficha que escribí y que reproduzco aquí. La verdad es que no está mal. Creo que se ajusta al libro y es equilibrado para el espacio y para redactarla de un tirón… (¡hay que ver lo que uno sabía entonces!).

         Por una parte, pasando hojas del libro al azar, observará quien lo haga, que predominan en la obra los párrafos cortos, breves: eso nos sitúa, entiendo, en un estilo concreto de la redacción de la obra. De otra parte, otra mirada esta vez al índice también nos sitúa en un pormenorizado desglose de temas o aspectos relacionados con el tema principal de la obra: la Belleza y sus creadores, o sus asistentes, los artistas.

         Se mueve en esta obra Pedro Antonio en una dimensión difícilmente accesible a cualquiera que no tenga un profundo conocimiento, entiendo, de determinadas realidades filosóficas y teológicas (a lo peor es mi caso). Pedro Antonio hace un abordaje esencial de la Belleza y del artista que anhela mostrarla, crearla, reflejarla, hacerla patente… La relación que se establece entre la Belleza, la Verdad, el Bien, el Ser, el Artista… es única. Serán los destellos de esa única realidad sobre la que Pedro Antonio reflexiona. Todo ello, entiendo, nace de la convicción personal profunda de la unidad entre esas realidades como reflejo inequívoco y evidente para PAU del Ser, es decir, de Dios.

         Muchas veces su texto tiene un carácter taxativo, rotundo, esférico… y no es fácil de comprender y, por tanto, de admitir. Me cuesta especialmente a mí, ahora, como al introductor de la obra, Millán Puelles, la idea del artista como un “tocado de la gracia”, “un alma bella”, “un corazón gentil”, que de estos modos se han referido a lo largo de la historia a los escritores -y supongo que a los creadores en general-, entiendo que desde un origen platónico, y muy especialmente en el renacimiento italiano y al que hizo también referencia, en este sentido, Garcilaso: otro tocado de la gracia. El artista viene a decirnos PAU en su hacer arte ve y es arrebatado… El primer movimiento del hacer arte es un rapto… Sin duda las palabras: hacer, crear, generar, erigir… ¡no sé!... se quedan cortas ante lo inefable.

         Ciertamente el artista teme llegar al final de su obra, sobre todo, si ya tuvo la experiencia de obras anteriores, pues está seguro de que su trabajo no alcanzará eso que, de algún modo, intuyó, vio, quiso, buscó… Teme quedarse corto en el resultado y le arredra tener que volver a intentarlo de nuevo, con una nueva obra (son innumerables los creadores que han hablado de ese continuo intento de crear algo que no termina de salir como se vio). Otro temor no menos frecuente –Delibes hablaba de él- es terminar una obra… ¡y que no haya otra en la recámara!: que lo recién acabado sea el final; ¿quién asegura la siguiente si no sé cómo acuden a mí, no sé llamarla, ignoro cómo acude, por qué camino vino y llegó la nueva obra… ¡o yo fui a ella!?

         El artista nace y se perfecciona, ¿pero quién asegura que lo será para siempre? Sin duda PAU tenía razón: el arte es ilusión, es penetración de la belleza que es por mano del autor, pero toda ilusión es la víspera del gozo… y así llegada la obra, ahí expuesta, terminada ahí… es el final de lo esperado, de la ilusión, la frustración de lo no logrado, del aún no… ¡tan existencial!

         Nos acerca PAU al artista ideal…, al proceso creativo ideal… a quien tiene un muy alto Ideal cuando a la creación se dedica. Camina y sigue, casi ciego, palpando, buscando, alumbrando para otros y ese artista, consciente, responsable comprende que sin duda donde todo vale, nada vale. No, no todo vale, no todo tiene el mismo valor. En algún sitio lo he escrito. La equivalencia de los valores es un modo relativista de saltarse los cánones, de dejarse caer, muelles, en el igualitarismo…, pero estas son otras esquinas de esa calle.

* * *

         Quería releer esta obra. A lo mejor hubiera dado más de sí, y de mí, con Gorrión solitario en el tejado, novela de PAU que recuerdo confusamente y que toma el título del salmo 102:7.Velo, y soy como gorrión solitario sobre el tejado”. Tengo la convicción de que el gorrión, convertido en ave de altanería… dio a la caza alcance.



Tras de un amoroso lançe,

y no de esperança falto,

bolé tan alto, tan alto,

que le di a la caça alcançe.



         Descansa en paz, PAU.

17 de octubre de 2014

Charlie-SALIDA-45. Sobrecogedor, Mr. Ébola.



         Querido charlie:

         Que lo leí es seguro. Puede que fuera verdad y no pasara, por veces la vida es así. García Márquez dijo –intento documentarlo y no puedo- que el daño que hacía la coca de Suramérica en América del Norte y Europa era el reintegro generoso de los perjuicios producidos allá, en América del sur, por unos y otros. Insisto: aseguro que lo leí, no lo encuentro para documentarlo, e ignoro si lo diría realmente o no.
         Se me antoja que con el ébola ocurre otro tanto. África ha sido saqueada de los modos y formas más viles: desde lo más horrendo, el tráfico de esclavos -¡que existe aún! Menos de 150$ una mujer-, hasta la rapiña más inmisericorde de todos sus bienes materiales… Las colonias, los bienes coloniales, el basurero, el estercolero, la masacre… Los juegos políticos estratégicos, el disfrutadero sin tasa de los países ricos y poderosos, que sin rubor campearon y campean allí; malas personas que apestan la tierra sin escrúpulos la han desollado en lo más vivo… Ellos, los africanos, nos devuelven tanto bien dispensado con una enfermedad que nos mete la nuez en la garganta, las cabras en el corral y nos aterroriza… Más asustados estamos que un triguero. Vagamos inermes con nuestra ridícula ciencia que no alcanza, con nuestras creencias enterradas y olvidadas, nuestras fuerzas dimitidas… y entre nosotros divididos.
         ¿Quién fue el iluso que pensara que el ébola no llegaría? El sur, aplastado por el hambre, la miseria, ¡las enfermedades!, vienen al norte, tierra de promisión donde en sus ríos corren leche y miel, donde los panes cuelgan de las ramas de los árboles… ¡mismamente El Dorado en la tierra de promisión! Los muertos ahogados en el mar por alcanzar esa tierra también claman justicia: hay que pasar por taquilla. Vienen y vendrán… Quienes llegan traen sus costumbres, sus religiones, sus creencias, sus enfermedades, sus… guerras… ¿o es que no padeceremos la yihad como sufrimos el 13-M? En este toma y daca, esperable y lógico, ha llegado la hora de recibir con creces. Nos vamos a hinchar, charlie, me temo.

                 Tucho Castelo.

16 de octubre de 2014

Urbina, Pedro Antonio, FILOCALÍA O AMOR A LA BELLEZA (I)





                                                                                In memoriam.

         Ya sé que llego tarde. Ya sé que Pedro Antonio Urbina murió un día caluroso de julio, el 31, de 2008. El problema es que uno llega cuando puede, cuando le dejan. Pretende la relectura de este libro ser un homenaje mínimo a quien tuvo la delicadeza de atender y tenerme como amigo durante años.  Después la vida, luego, nos llevó por otros derroteros y nuestros senderos bifurcados nos llevaron a distinto compás. Ofrecido va por él con cariño...



* * *



         Pedro Antonio Urbina, su apelativo familiar PAU, la santa paciencia tuvo de recibir mis cartas de aspirante y meritorio en el oficio de escritor durante años. Me dio norte de él Julio Montero Díaz, que hizo de puente. Era entonces yo un muchacho aplicado a la lectura, un ferviente lector…, un tanto grafomaníaco, que quería escribir novelas. “Aún no tienes edad”, me vino a decir Alfonso Sancho Sáenz, y tenía razón. PAU me animaba con los cuentos breves, con cuentos que presentaba mecanografiados a los premios donde pudieran encajar. Él me corrigió alguno. Eran mis cuentos azorinianos, de una morosidad en el decurso de la narración en que parecía detenerse el tiempo –vivir es ver volver-. Me gustaba por entonces la sorpresa, lo ingenioso… que muchas veces se resolvía en lo más ordinario e intrascendente (para ingenio ya leía yo frenético a RAMÓN). Pedro Antonio me corrigió algunos de aquellos cuentos que yo escribía a mano, con tinta verde…, es unos folios de calidad infame, que compraba en Granada, no recuerdo si al peso. Paciente Pedro Antonio. Con los padres y los maestros siempre es uno deudor insolvente, pues no se puede dar la vida a quien te la dio, ni enseñar lo que se te enseñó. Doy desde aquí las gracias a Pedro Antonio Urbina que, seguro, alcanzó y está en y con la Belleza.



* * *



         Creo que Pedro Antonio no escribió para la inmensa mayoría ni tampoco creo que eso le preocupara en exceso. Hizo lo que tenía que hacer, lo que creyó que tenía que hacer. Su hacer, que fue su obrar, era llevar a cuantos quisieran ir con él a la Belleza por medio de sus obras escritas, de su vida. Era Pedro Antonio Urbina un apasionado del amor a los hombres y, por tanto, de su obra escrita y de aquellas obras que él tanto admiró. Obras de todo tipo, pues Pedro Antonio era un buen conocedor del cine, de la pintura… Leía yo sus críticas de cine en una revista por título RESEÑA, a la que me suscribí y de la que aún conservo los ejemplares. Hombre de una singular sensibilidad no ante el arte en particular, sino ante lo que la vida tiene de la Vida y la Belleza, ante el Ser y, por ende, ante la obra de arte. Entiendo que sobrellevó la marginación de su obra porque padeció el sufrimiento ante la presencia del Mal que es siempre rechazable, feo, horripilante…, pero que algunos visten de seda y brillos (Erasmo lo cita, y me lo enseñó mi madre), donde los bobos y los papanatas, ¡y los malos! (hay personas malas, ojo), acuden como las moscas a la...

13 de octubre de 2014

Charlie-SALIDA-41-Quizá convenga intentar volver al paraíso…



     



          Querido charlie:



         Hoy toda elección de una opción basada en convicciones morales absolutas, comporta un agravio a quien ha elegido otra opuesta o sencillamente distinta. Quien haga valer esas convicciones es un fascista ignorante, un iluso. La única solución a esta confrontación es la equivalencia relativista de todos los valores: todas las opciones son igualmente válidas y valiosas. Todo valor debe desaparecer para que prevalezca, según esta postura, la libertad. Los valores son intercambiables, equivalentes.

         Querer restituir valores evidentes, como la dignidad humana, se percibe, vistas desde concepciones éticas rivales, como verdadera agresión intolerable, atentado propio de intolerantes.

         Una sima insondable se abre ante un hombre que vaga hasta detenerse y sentarse con los pies colgando en el vacío. Un hombre que mira hacia un abismo que nada le dice, que nada le soluciona, que le impide avanzar… No obstante, aunque el paraíso esté cerrado y un querubín lo custodia, quizá sea posible volvernos sobre nuestros pasos y hallar por donde volver a él.



         Tucho Castelo.


 

9 de octubre de 2014

Charlie-salida-44- VERBA VOLANTE, SCRIPTA… ETIAM.



           Querido charlie:

         Verba volant, scripta manent. Aserto clásico que con la huracanada brisa que a día de hoy corre hace agua. Hoy lo escrito también volant en las cabezas hueras de muchos, encalla en la voluntad canalla y roma de algunos y naufraga en la malicia propia del receptor torticero. Verba volant, scripta etiam. Entre otras causas porque se carece de afán necesario por alcanzar la verdad (su consecución es ardua y la molicie es mucha). La verdad en tanto que claridad resplandece y posee (la verdad no es poseída, sino poseedora). El acomodo y acostumbramiento al mero brillo propios de las medias verdades (la superficialidad envía la luz originada en otros) o de la cruda mentira vil sin ambages, alejan al buen entendedor al que hay que dar muchas explicaciones (y esto produce mucho cansancio y hastío: es agotador) ¡y a quien hay que demostrar lo evidente! Malos tiempos corren cuando pretenden que sea demostrado lo evidente.
         Una fuente de equivocación nada inusual es sustituir la conciencia empática por una inferencia de lo que está sintiendo y pensando el otro guiada por una analogía con lo que nosotros mismos sentiríamos o pensaríamos. Solemos considerar al otro de forma injustificada como parecido a nosotros. No sólo nos equivocamos acerca de los otros. También podemos equivocamos acerca de nosotros mismos.
         No ha tanto se decía al suspicaz (bajo esa capa vive el soberbio): “Te vamos a tener que hablar con papel sellado”. Pues eso: mil folios sellados he comprado para su uso en el baño.

Tucho Castelo.

8 de octubre de 2014

Lecturas "recomendadas" para la selectividad andaluza. LENGUA Y LITERATURA.




        Hoy me cuenta un alumno que han cambiado los libros recomendados para el llamado Comentario de texto, lengua y literatura: Selectividad universitaria andaluza. Hace unos días lo miré y aún no estaba eso ahí colgado y cambiado.

         Sorpresa: hemos dejado a San Manuel… y nos hemos ido con El árbol… de don Pío Baroja. Es un detalle celebrar los aniversarios de los autores con la inclusión de sus textos y su lectura en planes y festejos más o menos oficiales u oficiosos y así conviene celebrar, por ejempolo, el centenario de Romualdo del Pínfano, conocido en su caro hogar a la hora del almuerzo. Siendo, sin embargo, el 150 aniversario del nacimiento de Unamuno, me pregunto: ¿quién será ese tal don Miguel para que lo tengamos en cuenta con ningún tipo de homenaje en las lecturas recomendadas, si era vasco y murió en el 36? Por otra parte ¿qué tiene San Manuel que no tenga El árbol de la ciencia (del que tangencialmente hablé aquí no ha mucho)? Bien traído el buen don Pío. Tanto da uno como otro: cuestión de gustos, de opiniones, relativismo puro… Lo del aniversario pura chochera que no debe tenerse en cuenta.

         Ignoro quiénes serán los que eligen las lecturas de Selectividad para el distrito universitario andaluz, o como se llame, que poco importa para el caso, pero seguro que tienen sus motivos para su elección: no me cabe duda. Como los tendrán, y entiendo que muchos, para mantener Los girasoles ciegos de ese gran novelista llamado… llamado… llamado… Alberto Méndez, autor de una extensa obra compuesta por una sola novela, que no es tal, sino un conjunto de cuatro cuentos. Me pregunto, sin malicia, ¿cómo comparar la obra de este señor, q.e.p.d., con Ramón J. Sender, con la de Cela, ese premio Nobel, Miguel Delibes, Torrente… Ballester, don Gonzalo –no confundir con el protagonista de Torrente, ahí gente pa to-, Martín Gaite, Ana María Matute, incluso Carmen Laforet, los Goytisolo, Aldecoa, Sánchez Ferlosio, Fernández Santos, García Hortelano, Martín Santos…, Eduardo Mendoza, Muñoz Molina, Marías, Pérez Reverte…? Desde mi modesto punto de vista hay dos causas capitales que hacen mejor a Los girasoles que eligieron esos ciegos: la extensión de la obra –presupone la incapacidad lectora real de los alumnos- y el odio, que tanto alimenta como la sangre, y que destilan sus páginas muy al hilo de un supuesto ajuste de cuentas, ignoro con quién, por el camino de cierta memoria histórica… Dicho sea con perdón. Nada más lejos de mi intención que meterle a nadie un dedo en el… ojo.
ALBERTO MÉNDEZ

6 de octubre de 2014

Charlie-salida 40-PEROGRULLADAS...



    

         Querido chalie:



         En general es un craso error e intento vano constatable querer convencer a quien no quiere ser convencido, a quien se niega a admitir lo evidente. Así el planteamiento de Artur Mas, la actitud de los Pujol, el saqueo de las tarjetas B de Caja Madrid o los ERES andaluces… No insista. Puesto el tontilisto en la vereda o se acaba esta o se acaba el tonto… ¿sacarlo de ella? Tarea inútil.



         Tucho Castelo.

1 de octubre de 2014

¡¡¡Alucinante!!!



   Alucino a colores con estos datos, sin perdón. La palabra asombro se me queda estrecha. Por favor, presten atención a este texto. Del libro les hablaré más adelante… ¿Se puede saber qué hacemos?


          “En 2006, Jakob Nielsen, veterano consultor de diseño de páginas web que llevaba estudiando la lectura online desde los noventa, realizó un estudio de movimientos oculares de los usuarios de la Red. Pidió a 232 voluntarios que portaran una pequeña cámara que registraba sus movimientos oculares a medida que leían páginas textuales o examinaban otros contenidos. Nielsen encontró que casi ninguno de los participantes leía el texto en pantalla de manera metódica, línea por línea, como se leen las páginas de un libro impreso. La inmensa mayoría de ellos echaba una rápida ojeada con la que escaneaba la pantalla en un patrón que seguía aproximadamente el trazo de la letra F. Empezaban con un vistazo a las dos o tres primeras líneas del texto. Luego bajaban la vista un tanto para escanear unas líneas más a mitad de pantalla. Por último, dejaban pasear la vista un rato, como un cursor, un poco más abajo, hacia la parte inferior izquierda de la ventana. Este patrón de lectura online se vio confirmado por otro estudio de control del movimiento visual realizado en el Laboratorio de Investigación de Usabilidad de Softwarede la Universidad Estatal de Wichita.
            Como escribió Nielsen al resumir sus conclusiones a sus clientes, «F de fast» [rápido]: así es como los usuarios leen sus preciosos contenidos. En pocos segundos sus ojos se desplazan a velocidades asombrosas por el texto de su página web, según un patrón muy diferente del que ustedes aprendieron en el colegio».Complementariamente a este estudio de movimientos oculares, Nielsen analizó una extensa base de datos sobre el comportamiento de los usuarios de la Red, recopilada por un equipo de investigadores alemanes. Habían monitorizado los ordenadores de veinticinco personas durante un promedio de unas cien horas por persona, de modo que se registró el tiempo que los sujetos invertían en consultar unas cincuenta mil páginas web. Al cribar los datos, Nielsen encontró que a medida que aumentaba el número de palabras por página, aumentaba también el tiempo que un visitante pasaba mirándola, pero no aumentaba tanto. Por cada cien palabras más el internauta medio sólo pasaba 4,4 segundos más examinando la página. Puesto que ni el más competente de los lectores es capaz de leer más de dieciocho palabras en 4,4 segundos, Nielsen dijo a sus clientes: «Cuando se añade verbo a una página, cabe suponer que los clientes leerán el 18 por ciento»; y advirtió: «Probablemente me quede largo». Además, es improbable que los participantes en el estudio pasaran todo el tiempo leyendo; también se dedicarían a mirar fotos, vídeos, anuncios y otros contenidos.

          El análisis de Nielsen corroboraba las conclusiones de los propios investigadores alemanes. Ellos ya habían dicho que la mayoría de las páginas web no se visionaban durante más de diez segundos. Menos de una de cada diez permanecía abierta durante más de dos minutos, sin que ello significara que el usuario la estuviera leyendo todo ese tiempo, pues muy bien podía tener abiertas otras muchas simultáneamente. Los investigadores observaron que «incluso las páginas más novedosas, con información profusa y muchos vínculos, por lo general sólo se visionaban durante un periodo muy efímero». Según ellos, estos resultados confirmaban que «la navegación es una actividad rápidamente interactiva».Estos resultados también reforzaban algo que Nielsen había escrito en 1997, después de su primer estudio de la lectura en pantalla. «¿Cómo leen los usuarios en la Red?», se preguntaba entonces. Su respuesta fue sucinta: «No leen».
 
          Carr, Nicholas, ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? SUPERFICIALES.