Aristóteles Onasis, con su temario de lectura... |
Discutir es un deporte muy español que suele terminar a
voces, en vocerío y enfado, y sin aportar maldita la pizca de luz sobre el
tema, el asunto, etc. Discutir en el sentido español del término puede también
comportar pasión y buscar la verdad. Innecesario que reviente la vena de
cantaor del pescuezo. La verdad no es un tren que salga a hora fija. Me
gusta discutir. Sí, me apasiona la verdad: buscarla, hallarla en la realidad
más variopinta. Me anima su dificultad. El bien de suyo es difusivo: esto quiere
decir que uno quiere el bien para quienes lo rodean, para quienes conforman la
realidad cotidiana, la compañía, los próximos. Uno no se guarda para él,
egoístamente, el bien, la belleza. Si leo un buen libro, lo comunica. Si lee un
mal libro, advierte de su quebranto. Si ve una buena peli, si disfruta con una
canción, con un grupo musical, con un pintor, con… Lo bueno, servidor, lo
difunde. Del mal, si puedo, prevengo: ya bastante se expande él solito sin que
se le haga publicidad. Resumen: He estado discutiendo sobre qué leen
los ricos.
La respuesta de entrada es NADA DE NADA. Pero vayamos por
partes. ¿Qué entiendo por un rico? Entiendo por una persona rica a la que
dispone de su tiempo. El rico trabaja, pero no tiene empleo. Es rico quien no está
sujeto necesariamente a un horario, un despacho, una mesa, un ordenador, un
jefe, un subordinado, unas obligaciones perentorias y que puede disponer
lindamente de su vida (que se traduce en tiempo). Ahora bien. Este rico, si no
tiene dinero, y en este mundo, hoy, quien no tiene dinero es un pelado… no
termina de ser un rico cabal, pues está muy próximo a estar sometido a sus
necesidades físicas: comer, dormir, asearse, moverse, beber, elegir… Lo de
Diógenes y su barril está bien, pero es muy limitado: como finca, se me antoja,
pequeña. El planteamiento de Epícteto… se me presenta alicorto… Lo
podríamos discutir y todo eso, pero, por redondear. Entiendo por rico, insisto,
a quien tiene mucho dinero y mucho tiempo.
Escribe Ortega y aquí me apoyo y me impulso, que el hombre
rico ha tendido a lo largo de la historia, por carencia de quehacer perentorio,
a aburrirse. No se olvide que el hombre se autoconstituye en su quehacer. El
hombre lo es en tanto que se mueve, que va, se relaciona, agarra y suelta, sube
y baja… Dios hizo al hombre ut operaretur dice el Génesis, si no me
olvidé. Es decir, el hombre necesita, permítaseme, mover el bullarengue, lo que
es el culo, en román paladino: menear el cocotero, la sesera...
¿Y qué hace el rico? Imaginémonos a Carlos Slim quien, dicen, es el hombre con
más dinero del mundo. Nuestro dueño de Zara y no sé cuántos más negocios de
trapos, Amancio Ortega… Supongo que dedica algún tiempo a sus validos,
gestores, mandados, gerentes, etc. mientras desayuna, mientras viaja en avión o
plácidamente está tumbado al sol… Quizá despachan entre viaje y viaje en un
lugar amable, acogedor, bien decorado, con gusto. ¿Qué lee don Emilio Botín con
ese rostro de intelectual que tiene, con todos mis respetos?
Ser rico puede ser bueno; ser pobre no es malo, pero tiene muchos
inconvenientes, le veo yo, vamos. Este tropel admirable de ricos -lo escribo
con toda admiración- se dedicará a viajar, a montar a caballo –en su defecto a
conducir buenos autos-, a cazar y al galanteo… Cierto que dedicarán tiempo a su
NEG-OTIUM, el negocio es literalmente el NO OCIO, ¡pero no mucho!, pero ¿a
leer? Leerán algún informe, algún periódico, algún resumen de prensa, quizá,
incluso, se lo lean, tengan a quien se lo lea, se lo condense… ¿Se imaginan a
Botín leyendo La voz a ti debida? Le pega más pagar el premio de piano
que promovía, creo, no sé si su esposa o su hija o alguien próximo; eso sí le
pega que lo haga… ¿Qué leerá el Rey mi señor? ¿Y su hijo, ese don Felipe?
¿Acaso no recuerdan el regalo de doña Leticia cuando la petición de mano?
¿Leería el regalo que le hizo? El doncel de Don Enrique el doliente, de Larra.
La lectura es un quehacer de movimiento físico casi nulo. Requiere grandes
dotes de paciencia. El lector es un curioso. Su curiosidad se llamaba
STUDIOSITAS, actividad esta que nada tiene que ver con el vicio de la
CURIOSITAS –eso tan de la tele que consiste en remover en casa del vecino,
entre sus heces y restos vitales, etc.-. Generalmente la lectura… no suele llevar
a generar grandes cantidades de dinero. Suelen los filósofos hablar de Tales y
de la pasta que ganó alquilando las almazaras y todo eso, que debió de ser un
pelotazo al estilo del EUROMILLÓN y un pepino intelectual.
No.
Mucho me temo que los ricos no leen nada.
Que mal artículo, que habla habla y se da vuelta en nada, para al final, decir nada...sin argumentos, sin una buena tesis o hipótesis, el tema si es hablar por hablar o vender por vender, entonces el papel te queda muy bien.
ResponderEliminarBuenas tardes: Ya siento no haberle podido servir mejor con esta entrada del blog. Le ruego que me disculpe. Si tuviera a bien, no dude en enviarme un artículo sobre el particular; con sumo gusto lo publicaré en el blog para paliar el mal que pudiera haber hecho mi entrada. Reciba, insisto, mis disculpas, mi agradecimiento y quedo a la espera. Un saludo.
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